martes, 20 de noviembre de 2007

PERDEDORES SIN MAQUILLAJE

Los perdedores existen. Son perdedores sin maquillaje. Son perdedores que no luchan. Los perdedores son a los que canta Billy Joel en "piano man". Los perdedores son una enfermedad. Los perdedores dan miedo. Los perdedores están en todas las esquinas. Todos hemos sido perdedores, pero hay que transformarlo en una excepción.

viernes, 2 de noviembre de 2007

REALIDADES PARALELAS

Sonó el despertador. Patricia intentó dormir un rato más porque por la noche no había podido descansar debido a las pesadillas. Se le repetían constantemente, pero esta vez habían sido más intensas, o por lo menos a ella se lo parecía. No podía evitar recordar la sensación que tenía un segundo antes de sonar el despertador. Iba desnuda por la calle... Se sentía indefensa y avergonzada. ¿Qué significaría? Se preguntaba. Pero no tenía respuesta. Se quedó un rato más sumergida en las mantas, aunque no conseguía que la nariz entrara en calor (llevaban con la calefacción rota más de dos meses).

Diez minutos después consiguió sacar fuerzas y se levantó. Calculó mal al poner los pies y en vez de tocar las zapatillas, puso los pies en el suelo helado. Le subió un escalofrío por todo el cuerpo. Le había pasado muchas veces pero esta vez se le llenaron los ojos de lágrimas. Comenzó un sollozo incontrolable, y además le apetecía llorar, lamentarse de si misma, de su existencia y de no haberse dado cuenta de que Jacinto se la estaba pegando con otra. Su mundo no tenía sentido ya.

En la habitación de al lado estaba Miguelito. Un niño risueño y sonriente y con una vitalidad arrolladora. Dormía a pierna suelta pero esa noche se había despertado en varias ocasiones sobresaltado. No podía entender por qué su madre había hecho ruidos tan raros durante toda la noche. Entre sueños pensaba, claro, pobre mamá, es que papá viaja tanto. A él también le hubiera gustado que su padre estuviera más en casa, pero sabía (se lo habían dicho muchas veces) que el trabajo era muy importante. Él se decía a si mismo: son cosas de mayores, porque ... ¿qué puede haber más importante que jugar a la pelota con tus amigos?

A las ocho oyó el despertador de su madre. Se acurrucó en la cama esperando que le viniera a llamar. Tenía un frío horrible. Su ventana cerraba mal y por las rendijas entraba aire gélido como cuchillos. Se percató de que el tiempo pasaba. De repente escuchó otra vez ruidos raros. Él sabía que mamá estaba triste porque papá trabajaba mucho; trabajaba tanto que cuando viajaba, siempre que le llamaba, incluso muy pronto o muy tarde, siempre estaba con su compañera Isabel. Algunas veces mamá decía que pasaba más tiempo con ella. Yo pensaba, qué tontería, es normal, ¿no? Si papá trabaja mucho, mejor que esté con ella, así le ayuda y llega antes a casa.

Entró en el dormitorio de Miguelito. Subió la persiana y le dijo, ¡buenos días cariño! ¿qué tal has dormido? Muy bien, contestó él. Se acercó a darle un beso y se percató de sus ojos rojos y rápidamente lo asoció con los ruidos raros. Le preguntó, ¿qué te pasa, mamá? ¿Estás enfadada porque papá trabaja mucho o porque ayer entré en casa con los zapatos llenos de barro? Te prometo que no me di cuenta. Ya sé lo que significa para ti. Ya sé que limpiar es un trabajo muy duro también. En el cole la "seño" dice que trabajar es muy duro, que no es como ir allí, que no hay recreo. ¿Es verdad que no hay recreo?

Patricia le contestó: hoy vamos a hacer algo mejor. Todo el día va a ser un recreo, ¿te apetece?