domingo, 2 de marzo de 2008

YA SOY MAYOR

Parece que siempre buscamos una excusa para ciertas cosas. Yo, las busco constantemente para todo porque no tengo tiempo. Nunca encuentro ni un minuto para nada de lo mío, y entre estas cosas mías, está mi blog.

Parece que el inconformismo de nacimiento me arrastra a no querer no sé qué. Muchas veces mis pensamientos y la realidad van al compás, pero no de tango, de algo más fuerte, digamos que mi vida va a ritmo de rock and roll.

Parece que la costumbre de posponer las cosas hace que uno acepte las cargas de retener lo que nos quema en la mente, de vivir con paquetes que no llegan a su destino a tiempo, con lo que si acumulas varios, el caos está asegurado.

Parece que llega un momento en el que los individuos necesitan volar del nido y descubrir lo que se pueden aportar a sí mismos en la soledad, conseguir adivinar y vivir cómo solucionar desde lo más peregrino a lo más complicado.

Parece que llega un día en el que hay que aceptar que uno se hace mayor y que no se puede seguir con la vida de antes, y que ya no se pueden poner más excusas, o que una vez reunidos todos los requisitos, hay que tomar la decisión.

Parece que uno tiene que pensar qué es lo que considera fundamental para hacer el viaje sin retorno. El vértigo, una emoción más que te da la vida, y la edad, un requisito indispensable para que el camino sea sólido.

Parece que mi destino será Alovera. La fecha, abril.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya SOMOS mayores Meri...

No recuerdo de lo que hablábamos aquellos lejanos días en que nos conocimos, pero seguro que eran chorradas comparado con lo que por ejemplo hablábamos el sábado... No recuerdo cómo te saqué tu teléfono la primera vez, pero resulta increíble compararlo con el teléfono que te tuve que pedir el otro día...

Somos mayores, cambiamos, hablamos de cosas que creemos muy serias, reflexionamos sobre asuntos tremendamente existenciales... Pero tropezamos como siempre. Y yo al hacerlo, te sigo necesitando como siempre. Y no sé qué pasará el día que no andes tú cerca para echarme una de esas broncas que pegas siempre mientras no mueves ni un músculo de tu enorme sonrisa.

Cambiamos porque así debe ser. O eso nos dicen... Cambiamos incluso en nuestra manera de entendernos en las tristezas. Pero esta noche de sinceridades y tiempo yo me siento egoísta. Tanto, como feliz el minuto después de haberme cargado las pilas a tu lado. Esta noche sólo aceptaría que las cosas puedan cambiar si a cambio tú sigues siendo igual de mágica...

A tu Mini y a mi Astra aún les quedan mañanas de desatinos, tardes de amistad y confidencias. Y noches de blanco satén...

Antoine

Rodolfo Serrano dijo...

Nos quedan tantas cosas, todavía siempre. A lo mejor porque hoy es siempre todavía.

Rommy Arvelo dijo...

Han pasado los meses, casi 3 desde que me fui de Buenos Aires a "ver que hay ahí fuera"!!
Pero leyéndote nuevamente, querida colega, veo que nada ha cambiado y que me sigo identificando con lo que escribís como la primera vez que te leí...

Saludos desde el otro lado del charco :)