sábado, 15 de noviembre de 2008

TAN LEJOS Y TAN CERCA

Todavía me acuerdo de las perrerías que te hacía cuando éramos pequeñas. Me ratifico en que los niños son crueles. Claro que sí, son ignorantes de sus palabras y de las consecuencias que conllevan. Pero ya pasó, ya pasó.

Luego fuimos creciendo y no sé qué cambió, pero cambió. La edad se solapó y la diferencia generacional dejó de existir porque tres años no son nada. Y empezamos a tener afinidades, amigos en común, risas sin reproches, ayuda incondicional, nos convertimos en nuestras confesoras, en testigos mudos y no tan mudos de nuestras vidas, en piezas indispensables, compartiendo momentos felices y algunos no tan felices; todo consecuencia de la conexión sanguínea y de algo más, o de muchas cosas más que nos convierte en hermanas especiales, sin dejar atrás ni un milímetro a nuestros hermanos especiales.

Tantos años viviendo juntas que ahora se hace extraño no tenerte cerca físicamente porque de ninguna otra forma es viable una separación. Menos mal que la tecnología nos arropa. Y allí donde ahora estás, al otro lado del charco, en la ciudad más famosa del mundo no dejamos que existan las distancias.

¿Y ahora? Tienes que ser fuerte porque lo llevas en la sangre, porque has vivido situaciones que te dan experiencia, porque has aprendido de los errores. Nadie dijo que fuera fácil pero tampoco es ni va a ser un infierno. Tendrás que adaptarte y disfrutar de lo bueno y de lo malo. Es por trabajo por lo que te has ido a vivir, y lo importante es vivir, vivir y vivir de la mejor forma.

Una andadura nueva que tienes que hacer bien desde el principio. Ya no tienes al "Orejas" ni a "la que te mira", pero no olvides que parte de su poder se lo has dado tú. Debes tener cuidado de que no aparezca en NYC otro "Ears" u otra "she´s looking at me". Relájate, respira hondo y marca tu territorio con educación y sin prisa pero sin pausa. ¿Los problemas? Son problemas pero no los sumes, dales su justo espacio y soluciónalos, uno a uno.

No desconfíes de ti porque te comerás la Gran Manzana y lo que se ponga por delante. Es cuestión de tiempo, sólo necesitas tiempo y disfrutar cada día de lo que tienes, que es grande, como tú.

No olvides que nos tienes. Te quiero, te queremos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sé que si te digo que me han caido lagrimones de cocodrilo mientras leía lo que has escrito me crees y me imaginas perfectamente.
Me ha encantado guarrilla. Muchas gracias.
Yo también os quiero. Yo también te quiero.
Muchos besos.
Ana.