lunes, 8 de enero de 2007

ADIÓS AL ESPÍRITU NAVIDEÑO

Esta mañana he dicho adiós al espíritu navideño de un plumazo, y además de una forma bastante grotesca. Hoy tocaba hacer la revisión anual a mi salud a cargo de la empresa. Así que nada más levantarme, todavía dormida, me he dirigido al baño y he tenido que hacer pis en un vaso de plástico. ¡Qué sensación! ¡Qué jodida sensación desagradable! Pero no ha acabado ahí, luego he tenido que hacer el transvase a un pequeño tubito de cristal. Me imagino que hay personas menos escrupulosas que yo, pero para mí tiene tantos matices negativos ese color, que está caliente, que me he acordado del dueño de "la Milana"; en fin, el conjunto ha hecho que se me revolvieran las entrañas.

¿Por qué habrá días en los que todo te molesta? Puede haber mil motivos, y hoy yo tenía todo en mi contra: lunes, el episodio del tubito de ensayo, el atasco, me he perdido y he llegado diez minutos tarde, tengo un gorrón de tabaco que hoy ha hecho su papel concienzudamente crispándome los nervios como antaño, mi trabajo, mañana eterna y tarde interminable con el indispensable aderezo de una fantástica comida con mis compañeros, la cuesta de enero, no he hecho los ejercicios de inglés, lo que queda para la Semana Santa y una lista interminable de cosas absurdas que juntas hacen que se me esté haciendo el día insufrible. ¿Podríamos hablar también de depresión postvacacional con una semana de vacaciones? Seguro que sí. A mí este virus maléfico me suele atacar a la semana de haberme incorporado al ámbito laboral.

¿Y dónde se habrá quedado toda la alegría que desbordaba hace diez días? Tengo que confesar que ni una mínima parte era por el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo (¿ se escribe todo con mayúsculas?).

Hoy me siento gris, y odio esta sensación porque me horroriza sentirme identificada con la gente que se acomoda a las circunstancias que le rodean como si de una película con final terrorífico se tratara (y no porque dé miedo, sin porque es malo y aburrido). Conclusión, hoy me odio; consecuencia, odio odiarme. ¿ Y cómo voy a ser capaz de hacer entrar en razón a mi cabeza? Se me acaba de ocurrir utilizar una forma matemática, si "menos" por "menos" es "más", pues odio por odio es paz interior. Si a ésto le sumamos que son las siete menos cuarto, le añado una sonrisa.

Sí, sí, adiós al espíritu navideño, pero también a este lunes de infierno.

4 comentarios:

Ana dijo...

Ya es martes.
Siempre digo que después de un día malo nunca nunca puede venir un dia peor. Hoy seguro que no has llegado tarde, seguro que has hecho los ejercicios de inglés, ya no es lunes, no has hecho pis en un vaso, queda un día menos para las vacaciones de Semana Santa y lo mejor: París a la vuelta de la esquina.
Ánimo.

Alf dijo...

El lunes no es el día malo.
El verdadero ogro de la semana es el martes.
Y en cuanto a lo de meter pis en un tubito, podía haber sido peor.
Podía haber sido caca.

Anónimo dijo...

ay es que voy con un poco de retraso, pero eso tb tiene alguna ventaja. Por ejemplo, que ya es miércoles y además que te vas pasado mañana al parís. Ya puedes utilizar "pasado mañana"!!!fantástic. fantástico.
Por cierto me encanta el uso de las mates en estas materias. Siguiendo con tu teorema, si [más] por [más] es [más], entonces: amar amarse= amor por amor= BUENISISMOO BUENISIMO.

parece que tu teorema funciona, con lo que si el otro día resolviste X cuando X es odiar odiarse, ahora te toca practicar: amar amarte

Muchos besos !!

Anónimo dijo...

Algo hay de cierto en todo lo que la Meri nos expone con sinceridad, una especie de conciencia sufrida de vivir a salto de mata, un colegio interno en el que no nos hace falta aprender nada porque quizás no sabemos si servirá de algo; una rima que no sale, un verso a medias que nos hace deducir que el camino es largo...

Los lunes llegan y pasan, como llegan y pasan los viernes, como llega y pasa lo bueno y no tanto lo malo; las cosas pendientes de descifrar nos sobrevienen, con densidad, pero directas... Y entonces es cuando, como te decía en mi sms navideño, nos asaltan las dudas y cuesta encontrar cosas que nos ericen la piel con verdadera ilusión...

Pasó la Navidad tanto como tardó en llegar; pasaron las oportunidades de haber estado junto a vosotras con la misma fugacidad con que ahora las deseo melancolico; y llegará la Semana Santa más fiel o infiel bañada en azahar y en incienso del mismo modo en que pasará o en que se quedará corta...

Pero nos quedarán cosas Meri. Un patrimonio feliz y enriquecedor, que llegará junto a tí... Quedarán tus verbos directos y a cuchillo en un blog refulgente y reconfortante; y pese a todo será un lujo saber de tí casi cada día, intensamente, tan intensamente como aquellos días de entre semana en que trataba de conquistarte con cenas medio sorpresa en las que nunca era yo...

Pasarán las cosas de forma ruín o rutinaria, los horarios laborales inacabables, las pelis en el sofá o en butaca de cine, los días que no acaban... y les sucederán nuevas cosas a tus vecinos que estaremos "marujosos" de conocer y todo nos rendirá tributo tanto como podamos desearlo...

A mí me quedará la ilusión por Helsinki, Estocolmo, Copenhague, Tallin o San Petegsburgo, que se hará real en los primeros días de junio.

La de Cuba o La Pampa, pendiente para agosto...

Y como en medio habrá tantos días fríos y primaveras reveladoramente marchitas, lo mejor será el café caliente y el calor que aquí ofreces un poco envuelto en los cuchillos y el hastío de tus palabras. Un calor reconfortante, que se ofrecerá fiel en cada momento, esperando a veces para herirnos y deseando recordar que es difícil pasar una vida sin recordarte...

Cada persona que enlaza palabras con esfuerzo, profundidad y sinceridad es un pequeño creador. Y tú lo eres con mayúsculas. Que estas palabras no apaguen el eco de tu voz. Que lo complementen, que lo amplíen... Y que en medio de todo ello, para cuando todo se derrumbe y no haya manera de acertar en el vaso al mear, saltemos al vacío de la mano sin mirar hacia abajo.

Si cuando lo hagamos me das la mano, seguro que echamos a volar...

Ya sabes que te quiero mucho Meri y que un trocito del Alma que dejamos antes de los 30 te pertenece. Enhorabuena por este espacio libre y a ratos infeliz. Gracias por ofrecérnoslo. Gracias por tus alas, que estoy seguro nunca dejarán que me caiga...