viernes, 25 de mayo de 2007

PARCHÍS CHIS CHIS

Veinticinco de mayo de mil novecientos setenta y tres. Ya van treinta y cuatro primaveras, y las que quedan...

Una felicitación con un video de youtube (http://www.youtube.com/watch?v=l_yjdPPQFI0) me ha hecho ver los años que han pasado: Parchís, Enrique y Ana, la abeja Maya, la Masa, David el gnomo, Heidi, Marco, Comando G; las Nacys, las Barriguitas, los geyperman; jugar a la goma, a la comba, al rescate, al fútbol, a las chapas, a las canicas; correr sin pensar en el esfuerzo, no decir palabrotas, no pensar en el sexo, creer en los Reyes Magos (porque en nuestra época existieron de verdad). Y lo disfrutamos todo, pero bien "requetebien", hasta el cine de las sábanas blancas, hasta cuando nos metían en la cama cuando todavía era de día, hasta cuando no nos dejaban hacer lo que queríamos... Fuimos niños felices y ahora adultos felices, que todo continúa.

Los cumples son especiales, por lo menos a mí me lo parecen.

Gracias a todos los que os habéis acordado de mí.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tus 34 de ayer anticipan mis próximos 32 querida Meri. Hemos vivido en estos años unas cuantas eliminatorias de ida y vuelta con el cumpleaños como excusa. Celebrando entre fiestas tu onomástica acompañada de tus siempre fieles y luego mis devoluciones de agradecimiento poco menos de dos meses después, enfrascados entre los calores de julio...

Recuerdo un cumple en el que me llevaste en tu descapotable (¿o era el de tu hermano?) y los chicos te miraban orgullosos de la suerte de coincidir contigo en un semáforo. Otro en el que no te pude hacer ni caso... Apariciones fugaces, dobles risotadas al entregar tu regalo y el de Manuel Leal. Requiebros, bailes, risas, promesas, desafíos... Recuerdo otras muchas aventuras vividas juntos y ahora, embarcados y embaucados en la modernidad, nado en la fortuna de poder saber de tí cada 10 días. Y así descubrir a la Meri más constante, temerosa, firme y más bellamente escritora con la que soñé...

Para mí tu pelo escarola es un símbolo de años donde lo pasamos bien, donde fuimos felices, donde nos reimos, donde un halo de algo que ahora mejor no definir flotó y fluctuó por nuestras cabezas...

Tus 34 enorgullecen mis 32 porque exponen motivos, porque enseñan una estela, porque siembran de miguitas de pan el camino que me queda y que tú enseñas generosa...

Un camino lleno de retos. Compartido. Abierto 24 horas, aunque ahora marcado por frases escritas, por menos charlas y por menos duchas de ron. Un camino que me lleva la semana que viene a San Petegsburgo y que, sazonado por tu generosidad y la de tant@s, me convierte únicamente en embajador de vuestro ánimo, en fotógrafo obligado a inmortalizar los mejores rincones para exponéroslos. En mirada socióloga dispuesta a contaros lo que cruza el Alma para convertirlo también en vuestro.

Aunque, querida Meri, ahora que nadie nos lee ni escucha, a veces siento que mis historias están hechas con retazos de "delicatessen", para ojos que sepan comprenderme. Y desde que con días de diferencia nos lanzamos a la aventura de desmenuzar nuestras vidas para los demás en nuestros blogs, siento que tú eres la gourmet y la sumiller de cada frase y verbo que expongo.

Qué delicia saber que a tus 34 y a mis 32 les corresponden fortalezas compartidas que esperan el turno de redimirse. Qué delicia saber que nunca fallas. Qué descanso saber que, aunque ayer olvidé esa onomástica ineludible, sabrás perdonarme el desliz si lo compenso con unos poquitos versos mojados en ron...

Ambos te debo. Ambos aguardo a brindarte...

Feliz cumpleaños hada madrina. Mil besos...

Anónimo dijo...

Desde Luego que no olvidaré nunca tu 34 cumpleaños. Londres me ha gustado mucho y pasar un fin de semana entre amigas, más todavía.
Aunque a última hora lo alargaramos involuntariamente.. ha estado genial ;-)